Una dieta para cada uno

Los datos resultantes permitirán determinar la probabilidad de padecer diabetes o Alzheimer, por ejemplo, y aplicar todo tipo de prevenciones. Una de ellas sería escoger una dieta individualizada. Hablamos de ello con José Maria Ordovás (Zaragoza, 1956), referencia mundial en nutrigenómica, la ciencia que estudia la relación entre alimentación y genética.

Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad de Tufs (Boston) y distinguido con las máximas condecoraciones, afirma que “en nuestro genoma están las instrucciones para escoger lo que comer, y este conocimiento puede ser utilizado para prevenir”.

Nuestros genes “dialogan” con la comida

Según Ordovás, nuestra forma de vivir está modificando la respuesta de nuestros genes ante las enfermedades. “Hay un 'diálogo' constante entre nuestro genoma y el ambiente”. Esta es la manera que tiene la naturaleza de adaptarnos al medio: ¡por eso el metabolismo cambia según las necesidades! No obstante, esa flexibilidad tiene un límite. “De ahí que las respuestas de nuestros genes no sean las más apropiadas y aparezcan las enfermedades”.

¿Del dietista al genetista?

Ante este panorama, lo que comemos se convierte en una herramienta importantísima que puede ayudarnos a contrarrestar la carga genética que recibimos de nuestros padres. 

Eso sí, Ordovás recela de las modas nutricionales y del abuso de las listas de superalimentos que corren por Internet. “Hay alimentos que son más o menos beneficiosos en función de la genética y por lo tanto esas listas tendrían éxito si realmente pudiéramos personalizarlas, pero con las técnicas actuales de comunicación se di-funden rápidamente y sin control de veracidad”, señala.
La nutrigenómica, sin embargo, va camino de convertirse en un componente imprescindible para personalizar la prevención de enfermedades y la terapia. “El reto está en adivinar cuándo todos estos avances serán asequibles para el público.” Y se atreve a darnos una fecha: 30 años. “En ese tiempo podríamos obtener aplicaciones prácticas de la investigación que relaciona genes y dieta que nos ayudarían a vivir más y mejor. Incluso me atrevería a decir que no tendremos que esperar tanto...”. Dentro de unos años la nutrigenómica podría ser una realidad en nuestra vida diaria.