Al hablar de zooterapia, es imposible no pensar en caballos, con los que se trabajan los trastornos neuromotores, y en delfines, con los que se estimula a personas con desórdenes nerviosos y mentales. En la Asociación Catalana de Zooterapia (ACZ), sin embargo, usan animales más accesibles. Aquí los perros son las mascotas estrella, aunque también utilizan mucho conejos, que ayudan en casos de fobia, y hasta ninfas Carolina. Según esta asociación, estas cacatúas pequeñas acuden a la llamada y con ellas se puede trabajar la impulsividad. Pero el animal más insólito con el que trabajan son los bichos palo. Van bien para observación, la impulsividad, trabajar la psicomotricidad fina… Y como son insectos, ayudan a superar ciertas fobias.
Aplicaciones en cuerpo y mente
Los animales pequeños y calmados como los conejos permiten tratar dolencias como la lumbalgia y traumatismos musculares. Tumbado en suelo boca abajo, el paciente puede estirar la columna. El conejo se coloca encima de la espalda para redirigir la atención del dolor al conejo y acostumbrar a la postura recta. Estos ejercicios no sustituyen la fisioterapia o los tratamientos con fármacos, pero ayudan y mucho.
En ACZ no sólo son expertos en tratar dolencias físicas. Por ejemplo, en casos de violencia de género, la zooterapia puede conseguir que los afectados ganen en seguridad y autoestima, y recuperen la comunicación positiva materno-filial. También ayudan a desarrollar habilidades a adultos con discapacidad intelectual y niños con autismo. Con estos niños se trabaja para mejorar su comunicación, su fijación visual y su empatía, a través del juego de rol, actuando como si fuera un depredador o una presa, cosa que les obliga a salir de su pequeño mundo. También se estimula la locomotricidad con ejercicios que les animan a caminar como los animales, y la impulsividad haciendo, por ejemplo, que los niños llamen a las cacatúas ninfa y esperen quietos hasta que ellas acudan.
En los casos de personas con Asperger y Síndrome Prader-Willi se trabajan las habilidades sociales. Un buen ejercicio es lanzarle al perro la pelota, en una secuencia de tres pasos: busca, trae y premio. Es una secuencia predecible, siempre igual, les hace sentir seguros. Para ello han de ser cuidadosos y reprimir sus impulsos, lo que les ayuda a trabajar la coordinación.
Animales que sirven de vacuna
Fuera de la zooterapia, múltiples estudios apoyan la teoría de que los animales y la naturaleza son beneficiosos para la salud. Veamos algunos:
Crecer en una granja con vacas y heno desarrolla el sistema inmunológico de los niños y reduce las posibilidades de desarrollar asma en un 26%.
Tener perros y gatos en casa reduce un 30% las infecciones respiratorias y un 50% las de oído.
Vivir con un perro o gato el primer año de vida reduce un 50% la probabilidad de la alergia a los mismos al llegar a la adolescencia.
Todas estas teorías “pro contacto animal” se dan por ciertas entre los profesionales, exceptuando casos de niños con asma o rinitis alérgica, con alergia a los ácaros del polvo o a algún animal, quienes no deberían tener animales de pelo o plumas en casa. Estos serían los pocos casos en que los animales no mejoran la situación.